Me dí cuenta al sonreír tan fuerte hoy que estos eran los días que me hubiese gustado compartir de manera vitalicia contigo para volverte un poquito más loco, un poquito más niño, un poco más tú. Que me miraras y ya supieses cómo, dónde y por qué y me mordieras el alma con cada sonrisa, sólo eso.
Pero era demasiado pedir porque todo esto venía en un pack indivisible nada atractivo, era demasiada locura para tan pocas ganas, nos quedaba muy poca mecha para tanta gasolina y cuanto más ardía yo por dentro tú más te apagabas.
Me quedaré con el valor de los recuerdos y de las imágenes que mi cabeza crea y manipula a su antojo que valen infinitamente más que lo que nos quedamos de las personas, me quedaré con la imagen de tus brazos arañados por mi ansia, tus sonrisas traviesas y a ti tirado por el suelo de mi habitación mientras yo sentada encima de ti buscaba cosquillas en cada centímetro de tu cuerpo. Me quedaré con la manera en que te mirabas al espejo, con tu manera de hacerme sentir tuya, de calmarme, de intentar dominarme, de enamorarte de mí un poco más.
Ahora ya es tarde pero mis recuerdos son míos, ahora y para siempre. Y me da por imaginar y recordarlo todo y lo veo lleno de pinceladas rosas, azules, moradas y sobre todo muy verdes, pero nunca grises, y sobre todo sonrío y eso nadie a día de hoy es capaz de hacer que eso deje de formar parte de lo que soy. Quizás sí mañana.
'Oh-la-la, hoy todo tiene un color especial'
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