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lunes, 28 de septiembre de 2015

Declaración de intenciones.

No importa cómo de caliente esté mi piel
si llevo helada por dentro demasiado tiempo,
no importan los besos que le regales a mi piel
si no sabes follarte mi alma,
tampoco importan las veces que me grites que me quieres
si mi cerebro solo te imagina vomitando palabras desordenadas
y no importa que maquilles mis silencios con premeditado interés 
si lo que me dices está tan vacío como mi corazón,
y por supuesto que tampoco importan las veces que consigas que me corra
si no consigues que corra hacia ti buscando un minuto más contigo.


domingo, 27 de septiembre de 2015

Jode(r) invierno(s)

Y ya no sé si son las ausencias las que marcan el vacío, la irracionalidad de necesitar sentirme sola o estas ganas, que con vida propia se equiparan a mis miedos, y me piden volver a revivirte en alguien completamente distinto.
Y no hay otro como tú,
no hay un tú aún siendo otro,
no hay nivel de intensidad que se equipare al roce de unas manos muertas llenas de tus recuerdos.
que solo fueron amor en tus salidas de emergencia
y se dejaron llevar solo cuando en caminos vacíos firmábamos acuerdos
para llegar a la última parada donde la protagonista no era yo, era tu presencia.

Necesito que llegue el frío y te vayas en otro invierno más
y que por fin llegue ese diciembre definitivo,
en el que mis manos heladas dejen de buscar un calor parecido al que emanaba tu cuerpo cuando yo estaba cerca,
que después llegue el deshielo y no me rompa de un zarpazo,
y que sin miedo mi cordura acabe reconociendo que un corazón roto no vuelve a amar igual.



miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los hombres de mi vida.

Recuerdo la inocencia de un primer beso,
la sinceridad de tu inexperiencia
y los años que crecimos juntos.
Recuerdo los sueños de una vida,
lo adictivas que eran tus manos,
y como entre gemidos te pedía que no te fueras.

Recuerdo los primeros te quieros de colores,
los paseos infinitos en coches,
tu insistencia en adueñarte de mis noches
y mi seguridad en todo momento de saber que no eras tú.

Recuerdo la nicotina de tus besos,
las mentiras de tu cuerpo,
y como tus manos trepaban por mis piernas a 130 km/h.
Recuerdo tu sonrisa escondida en medio de la gran capital 
y como la Gran Vía fue testigo de sus llamadas
mientras te follabas los kilómetros en mi cama.

Recuerdo tu "que hace alguien como tú en un sitio como este",
tu alegría y mis abrazos poliédricos en cualquier estación del Sur.
Recuerdo cientos de maletas deshechas 
y la impuntualidad de mis ganas,
los orgasmos que regalamos a la luna
y tu sonrisa infinita, 
al igual que mis mentiras.