Tumblr Mouse Cursors

sábado, 26 de noviembre de 2016

Un día de mierda.

"Hoy será un día de mierda, y toda la culpa será mía. Hoy será un día de mierda, estoy tan cansado que ni puedo llorar."
Sidonie.

Llevo inmersa en un día de mierda constante desde Agosto, mierda bañada a veces con tintes neutros y de falsa purpurina de mala calidad. Pero a veces, solo a veces, ocurre algo que hace que una sonrisa tímida me visite fugazmente, y quizá todo lo anterior esté justificado por ese puto momento. Y es que hay alguien ahí esforzándose para sacarte una sonrisa, ¿no es eso lo suficientemente guay de por sí? 

- No acabo de conectar con la gente. O directamente me parecen estúpidos...
- A mí me pareces un tipo guay. Así como dato de Sábado.
- ¿Te acuerdas cuando me pediste que te dijera algo bonito? Te iba a decir exactamente eso... que eres una tía muy guay. 
- Es una de las mejores cosas que se le puede decir a alguien... Y una de las mejores que escucho en mucho tiempo.
- Bueno, seguro que tú ya sabías que eres una tía guay. La gente guay de verdad supongo que lo sabe o por lo menos lo intuye.
- Tú y yo lo sabemos de verdad.

"Todo nos parece una mierda, todo nos parece una mierda, menos lo vuestro."
Astrud.

jueves, 17 de noviembre de 2016

BOATS

Por aquellos tiempos ambos seguían creyendo en lo atemporal que era todo lo que compartían y se miraban de esa forma que se miran dos adolescentes que se creen capaces de todo. Se lucían como el trofeo del que te sientes más orgulloso, se bebían la vida en la boca del otro y cada tarde desquiciaban a todos los vecinos entre risas y gemidos. 
Pasaban por aquella calle prácticamente a diario cuando aún se comían el uno al otro en cada esquina, y a mitad de camino, ambos se quedaban embelesados ante aquella casa, aquella casa que curiosamente estaba numerada con esa cifra cualquiera a la que le habían dado un significado especial. Era distinta a todas las casas de la zona. Recta, cuadriculada y transmitía una sensación fría y de abandono. De grandes contrastes, donde el blanco y un verde jaspe precioso eran los protagonistas de todo el barrio. Ellos bromeaban con la idea de que algún día tendrían una casa incluso más bonita que aquella, incluso años después, dibujaron juntos un boceto de lo que llamarían hogar algún día. Él además, dibujo una pirámide de prioridades en la que, como no, ella coronaba victoriosa la cúspide.También jugaban a imaginar qué clase de personas vivirían en esa casa; meses después descubrieron que estaba abandonada, y no entendían que tipo de gente sería capaz de construir una casa así para luego abandonarla. - ¡Algún día será nuestra!- Le decía mientras la abrazaba por detrás y le besaba el cuello, ella mientras tanto, sonreía, se daba la vuelta y le estampaba un beso. Escenas similares a ésta se repitieron durante años, en los cuales fueron abandonando la inocencia de la juventud y la casa, cada vez más, se veía más abandonada, sucia e incluso derruida. Casi tanto como lo que les unía.

Hoy no se miran a la cara y a penas se reconocen, y cuando lo hacen, miran hacia otro lado con una falsa apariencia de disimulo.
Él dice por ahí que es una loca y una desquiciada, que solo escribe gilipolleces y que la única manera de tenerla contenta es dejando que sea la protagonista de todo, porque nunca tiene suficiente.
Ella, no titubea a la hora de decir que él es un niñato inmaduro y un egoísta incapaz de mirar más allá de su ombligo; un inseguro al que hay que besarle el culo a diario para que se crea alguien.

miércoles, 12 de octubre de 2016

No creo que pueda esperar.

Abro los ojos 
y veo los tuyos clavados en los míos, con desesperación y mordiéndote los labios. Y abro más la boca mientras echas la cabeza para atrás y resoplas, "así nena, así", escucho de fondo mientras tus manos empujan mi cabeza y enredas tus dedos en mi pelo. De repente, me coges la cara y tiras de mí hacia arriba, estampando tu boca contra la mía, enredando tu lengua con todo lo que aún sabe a ti, Me haces girar sobre mí misma de un solo movimiento y tus manos se agarran a mis caderas con rabia, agachas mi cabeza hasta que siento mi respiración chocarse con el colchón y muerdo las sábanas blancas con fuerza. Cierro los ojos y cojo aire mientras tú tiras de mi pelo con fuerza, siento como muerdes mi hombro izquierdo y continúas respirando con dificultad en mi espalda. 

Abro los ojos
y el agua de esta ducha empieza a salir fría, he perdido la noción de cuánto tiempo llevo aquí debajo. Salgo de la ducha, cojo la primera toalla que tengo cerca, me la enrollo alrededor y cojo el teléfono móvil, pulso un botón cualquiera y como primera notificación ahí está.

Cierro los ojos y sigo soñando.


jueves, 8 de septiembre de 2016

En blanco 16

Le he regalado al viento un montón de ojalás que empezaban a cobrar vida;


Que
ojalá fuese más valiente,
para ser consecuente y decirte
que no puedo darte motivos para que te quedes
pero que sigo sin encontrar ninguno para querer irme,
Que
ojalá ser consecuente y aceptar
que no hay razones para tanto,
pero que sigo sin entender cómo lo has conseguido.
Que
ojalá el tiempo y el espacio siendo un punto a favor,
qué tú no hubieses sido tan tuyo
pero que sobre todo, 
yo nunca te hubiese querido tan mío.
Que
ojalá todo esto siendo real
y no solo una historia en mi cabeza.
Ojalá haberle conseguido dar voz
y cobrar protagonismo más allá de tus abrazos.
Ojalá ella no siendo ella,
tú siendo yo para saber lo que tengo dentro,
yo siendo tú para saber qué es lo correcto.

Ojalá un billete sin retorno,
mis agallas para decirte que te quiero,
tus cojones para mirar algo de frente
y estas putas ganas de querer hacerte feliz
siendo real cada vez que te veo venir.

Y yo,
Ilusa de mi trazando un mapa de ida en tu espalda
mientras abrazas mis noches por detrás con descaro.
Yo estampándome con tus miedos bajo tus brazos
y tú alardeando de tenerlo todo bajo control entre mis piernas.

Y va la vida y se cree con los motivos suficientes
para decirme que no eres bueno para mí
para seguir haciéndome ver que no es posible,
que en esta vida,
tú y yo nunca hemos ocurrido.




martes, 19 de julio de 2016

July

Mis vacaciones;
en tu boca.

Tu mar;
entre mis piernas.

Mi verano;
en tus costillas.



Tu altura,
entre mis brazos.

Y esta sonrisa como marca registrada 
de todas estas ganas
que nos estamos inventando.


martes, 21 de junio de 2016

Je Ne Regrette Rien

Gracias a ella
descubrí el sentido de las palabras y el valor de los silencios,
la necesidad de los abrazos y la pena de las despedidas.
Descubrí que a veces no es necesario hablar y que igual de importante hubiese sido expresarlo,
descubrí que la distancia no dependía de los km y que renunciar no significa necesariamente una derrota.

Gracias a ella
ganó sentido el hecho de insistir y perdí la paciencia todas la veces que fueron necesarias,
se me quedó pequeña la palabra amistad cien veces y grande confianza ciento una,
eché de menos cada tres meses hasta que se convirtieron en años
y sentí celos de todas las ciudades que la vieron sonreír y no fue a mi lado.

Gracias a ella
tuve la necesidad de protegerla cuatro noches seguidas y de matarla cada vez que chillaba,
puse el grito en el cielo,
sentí admiración cuando reía,
miedo, ira y desprecio cuando lloraba,
sentí paciencia y libertad cuando se alejaba
y fracaso cuando desapareció.

Aprendí que no siempre es necesaria una despedida y que hay personas que dicen adiós después de decir te quiero, que no me quedaban ganas y aún así las inventaba, y que seguiría justificando todas y cada una de sus sin razones si al final encontraba alguna respuesta.

3 de Enero de 2011: "Siento decirte que algunas personas lograrán rozar tu corazón con la punta de sus dedos, pero te aseguro que pocas, muy pocas, conseguirán realmente tocarlo. Y cuando sientes que ha llegado una de esas personas a tu vida, haces lo posible para que nunca se vaya. 
Son por esas personas por las cuales perdemos toda nuestra cordura para conseguir finalmente ser nosotros mismos"






martes, 7 de junio de 2016

Espera. Tómame. Vete.

Gracias
porque sí,
porque aún queden personas como tú.
Por enseñarle a esta cabeza que se puede querer con las manos,
por hacerme partícipe de tus miedos,
porque a tu lado algo tuvo sentido.
Por darle vida a mis sonrisas,
por enseñarme a andar con los ojos cerrados,
porque esta ciudad es más grande sin ti.
Por abrazar todas mis esquinas,
por volverme loca cada una de tus noches,
porque me enseñaste que siempre hay opciones mejores.

Gracias por el principio, pero sobre todo,
gracias por los finales,
por tanto en tan poco,
por ser diferente,
por nunca leer esto,
por nunca saber que sentí realmente.



 Ilustración de Paula Bonet

domingo, 15 de mayo de 2016

Braille

"Por primera vez entendí ciertas cosas, como que a veces el cuerpo es el vehículo para demostrar cosas que es imposible expresar de otra manera. No era placer ni morbo; no era sudor ni gemidos. Eran un puñado de lágrimas metidas en el pecho, era apretar los dientes, era cerrar los ojos y no querer ver, solo tantear."

Fue miedo, ira y resentimiento,
fue orgullo e insatisfacción,
fueron tus manos marcadas,
fueron dos bocas pidiendo más,
fue una resistencia,
fueron instintos,
fue inminente, 
fue un nudo en la garganta,
fue no querer aceptar que
fuiste tan mio que
nunca te terminaste de ir.
Fue el final.
Fuiste todo.
Fui idiota.
Y te fuiste.
Y me fui.

sábado, 7 de mayo de 2016

Desde hace 60 días.

En las últimas 24 horas... 
ha sonado de fondo 10 canciones tristes,
le he dado 2 vueltas al mismo CD,
me ha sonreído 1 niña pequeña en el metro,
he cantado 37 veces la misma estrofa de una canción de mierda,
he dado 7 besos a alguien que no recuerdo su nombre,
me he bebido 3 tazas de café esperando un milagro,
me he gastado 32 euros en verduras,
el camarero ha traído 3 pares de cervezas,
he mirado tu misma fotografía 5 veces en la última hora,
se han enredado en mi cama 4 piernas,
me ha poseido mi cara de idiota 2 veces,
he intentado sonreírle 4 veces a otro hombre como a ti,
he recordado 7 minutos a tus manos trepando por mis caderas,
me he perdido en tu boca 6 pares de veces,
he leído 27 páginas seguidas de esa novela que criticabas,
le he puesto 70 veces tu cara al protagonista,
te has ido de mi mente durante 30 minutos y después
me he roto durante 16 minutos al imaginarte con otra,
te he dedicado 9 minutos de esa ducha fría,
he viajado más de 1500km en mi cabeza 
para darte 12 abrazos como si no hubiera un mañana,
me he tragado mi orgullo 53 veces con otros esperando que fueses tú,
te he echado de menos unas 30 veces por minuto

Y así desde 60 días.

viernes, 6 de mayo de 2016

Mon petit cabroin

He llenado todos esos lugares que eran nuestros
de miradas que ya no son las tuyas.
He visitado ese restaurante donde nos comíamos al fondo,
me he encontrado por calles que me perdí contigo
y he vuelto a despedirme de alguien diferente a ti.
He llenado todas mis dudas de recuerdos que no eras tú,
no te he vuelto a imaginar corriendo hacia mi,
ni he cerrado los ojos para recordarte en esa esquina.
He olvidado el camino de vuelta a casa unas mil veces,
pero podría volver con los ojos cerrados a esa puerta
y no esperaría encontrarte con esa sonrisa triste.
He ido andando por esa calle y no era de tu mano,
ni la realidad me ha dado un bofetón de tu perfume.
He besado a otras bocas que no eran la tuya en esta ciudad,
no se me ha vuelto a encoger el estómago al recordar tus manos,
ni tampoco he salido con el pelo despeinado después de enredarme en tus sábanas.

Parece que todo es diferente desde que hago maletas
y no es para verte,
Desde que esta ciudad dice que no te echa de menos,
pero al igual que yo,
a veces miente.

martes, 3 de mayo de 2016

Borradores

Hay cosas que mi cabeza no olvida;
el código para entrar en tu portal,
el camino para salir de tu vida,
nuestras rectas finales
y lo gilipollas que te has vuelto.

Tenía un historial lleno de miedos,
una sesión recomendada de risoterapia,
un tratamiento experimental entre mis piernas.
Tenía por norma tres cicatrices,
un diagnóstico de locura no clasificado,
y un pronóstico de fluidos envenenados.

Y así,
después de tanto agachar la cabeza
fue cuando decidí que más que una reverencia,
lo que quería era abalanzarme sobre ti,
quitarte la ropa,
abrirte bien la boca,
y gritarte que no te fueras. 

Esa forma tuya de mirarme me hacía sentir grande  
y por ello
 mi objetivo favorito se encontraba a un escalón de distancia.

He encontrado el lugar exacto que debes ocupar;
lo he llamado "todo lo que nunca debí sentir por alguien como tú",
he intentado ponerte en "tareas pendientes poco importantes"
y al final siempre acabas colocándote en
"personas que me mandan un mensaje y se me pone cara de idiota"

Y como no pude ponerle palabras,
te sonreí,
y pensé que era suficiente.


lunes, 4 de abril de 2016

Sin título.jpg

Pues bien, es cierto,
quizás es cierto que esta vez pensé que nuestras intenciones serían diferentes,
que no nos conformaríamos con compartir una cama diminuta,
que no tendríamos la sensación de necesitar más,
que seríamos capaces de seguir insistiendo,
y que dejaría de sentir que me ahogo cada vez que me decías ven y no podía.
Y a pesar de no creerte,
de saber que volvería a ocurrir,
me tiré a un acantilado donde solo me recibían tus brazos
y unas cuantas palabras de más,
y sólo quise imaginar que esta vez podría ser diferente,
que quizás era posible,
que solo tendríamos que remar en el mismo sentido.
Supongo que la realidad hizo más fuerza,
que tú seguías siendo un cobarde que tiende a lo fácil
y yo la misma a la que no le interesaba mover un dedo por ti
y que toda la mierda pesaba demasiado
como para mirar a otro lado.
Y también supongo
que lo único que me unía a ti era lo que fuiste
no lo que eras hoy,
que por muchas sonrisas que nos unan,
pesan más los kilómetros que nos separan,
que todo esto no fue suficiente para ninguno de los dos,
que no habrá terceras partes
y que lo único que me quedó fue una carpeta llena de "Sin título.jpg"



lunes, 28 de marzo de 2016

Ser mayor

Cuando sea mayor quiero 
mirar a la vida de frente 
y reconocer bajito que a veces te echo de menos.
Cuando sea mayor quiero 
poder hablar de ti sin que me tiemble la voz.
Cuando sea mayor quiero 
poder decir tu nombre sin tanta pena.
Cuando sea mayor quiero
besar a alguien como te besé a ti,
tocar a alguien como te toqué a ti,
amar a alguien como creo que hice contigo.
Pero sobre todo,
si algo quiero cuando sea mayor,
es ser al menos la mitad de feliz
que era estando en tus manos.

sábado, 19 de marzo de 2016

Marzo

¿Sabes?
A veces ando por calles que me hablan de nosotros.
Les he pedido que se callen,
que se guarden nuestros besos, mis ganas y tu impaciencia,
que olviden mis esperas y tus luces de emergencia.
Les he dicho que la mayor parte de la historia fue invención mía,
que los mejores efectos especiales fueron en mi cama 
y que yo muchas veces solo sabía comunicarme contigo por sonrisas.
Les he contado que mis labios rojos tuvieron la culpa
de no conseguir marcar más que tus camisas,
que mis uñas trazaron el camino de vuelta
para que nunca perdieras las ganas de ponerme nerviosa.
Me han reconocido que fueron testigos
de las miradas que me dedicabas,
de cómo tus manos se enredaban en mi pelo 
y como mi lengua suplicaba un poco más.
Les he pedido que lo ignoren,
que dejen de recordarme porque alguna vez tuve tanto miedo
a reconocer que te quise mío 
y aún así me conformé con las películas que yo me montaba.
También les he confesado 
que la intensidad no está reñida con el tiempo,
que alguna vez en tus manos me sentí especial
y que mi principal objetivo a tu lado era mantener la compostura.

Y aún así no pude reprimir el preguntarles 
por qué fui tan estúpida
por qué nunca fui capaz de hablar claro 
ni de controlar mis emociones
y sobre todo por qué nunca quise hacerlo.




lunes, 14 de marzo de 2016

Freedom

No,
I don't endure it. 
I can't see you through the mirror that way,
I can't see you anymore with this sad smile,
not with your closed eyes.
Yes, your eyes were swimming with tears
but I can't explain how you can't stop to smile.
It's as I said you:
"little, never remove the smile of your face,
especially when you feel that nothing is ok,
over all when you feel alone...

Smile, because the happiness is inside you, as the sadness.
Smile, your freedom and your dreams are waiting for you,
and this reason is enough to continue forward."

domingo, 13 de marzo de 2016

Epílogo

Si tuviese que escribir mi caótico prefacio, probablemente intentaría utilizar las palabras correctas para decir claramente y de manera concisa, que me gusta complicarme conscientemente la vida. Me enamoran las historias complicadas, los amores imposibles y lo que nunca termina de terminar, valga la redundancia. Pero juro solemnemente, como drama queen number one, que todo esto llegó a un límite que me superaba, o eso creía. 
Y es que yo, defensora proclive de la libertad, tendía a enredarme en ese tipo de situaciones de las que luego no sabes cómo salir ilesa emocionalmente por la simple y llana razón de que el resto me aburrían, lo predecible no estaba hecho para mí. No al menos a corto plazo.

El problema es que irremediablemente tendí a escribir el final antes de la historia que pretendía contar. Y en vez de que el prefacio tuviese una considerable consistencia, mi epílogo había acaparado todo el protagonismo y toda mi atención.

No sabía cuales eran las preguntas adecuadas que debía hacer para ordenar mis ideas, tampoco estaba segura de si realmente quería saberlo y, por supuesto, dudaba de si realmente era necesario ese cúmulo de suposiciones... A fin de cuentas, lo que realmente nos unía era lo desconocido.
El problema llegó cuando empecé a encontrar las respuestas que necesitaba en sus manos, en sus "buenos días", en su extraña manera de decir las cosas al revés y en la infinita sonrisa que en mi cara se dibujaba cuando algo de lo que me rodeaba tenía que ver con él. También vino a partir del conformismo de nunca sentirlo mío, de la extraña inocencia que me envolvía si lo tenía delante, de su manera de mirarme, de la forma que teníamos de comernos las calles a besos y de las veces que me enredó el pelo en mi cama. Las preguntas llegaron en forma de misterio, de naturalidad dosificada y de constante incertidumbre, de no saber hasta donde llegar y aún así, no tener necesidad de nada más. Las respuestas fueron llegando paulatinamente según la complicidad ganaba, las esperas se acortaban y los silencios dejaban de ser incómodos. 
El desconcierto empezó a ser algo adictivo. ¿Qué si era suficiente? Yo aún no lo tengo muy claro, pero algunas veces pienso que las mejores respuestas me las daba precisamente cuando se callaba, cuando solo me miraba como él sabía hacerlo.

sábado, 27 de febrero de 2016

Ella.

A ella...
Le gusta el color negro, los perros blancos, los chicos rubios y altos,
le gusta la autenticidad,
la gente real,
y que le digas la verdad.
Le gusta la pizza, el queso y a veces la soledad.
Le gusta soñar, crear, imaginar, colorear,
le gusta la música alta, 
y los abrazos fuertes.
Ama el chocolate negro,
el vino y el maquillaje.
A ella le gusta mirar a la vida de frente,
aunque a veces se siente pequeña,
le gusta recordar, y a veces quiere volver atrás.

Ella sigue creciendo y estudia inglés.
Le gustan las personas fieles,
los libros, el baloncesto y las manos bonitas.
Ella se pinta los labios cada día de un color diferente, 
viste camisetas con mensajes,
sonríe a bebés desconocidos
y colecciona muñecos cabezones.

Ella a veces se siente perdida, 
pero siempre encuentra un lugar prioritario
en la vida de los que la rodean.
Ella llora muchas noches,
pero siempre tiene una sonrisa para ti. Para él, y para la vida.

Podría escribir una enciclopedia, o casi, de lo que a ella le gusta (aunque creo que tendría mucha más facilidad para escribir sobre aquello que no le gusta), también podría quedarme embobada mirándola cada vez que sonríe, cada vez que lo logra, cada vez que sigue intentándolo y al final lo consigue. Podría escribir sobre por qué la admiro, por qué a veces solo me apetece abrazarla y protegerla del mundo, podría hablar también sobre todo las palabras bonitas que ella hace que a los demás les nazcan cuando hablan sobre ella y no tiene ni idea. Podría decir también que es un ejemplo constante de calidad humana, que tiene un corazón que no le cabe en el pecho y un cerebro tremendamente atractivo. Podría hablar de las sonrisas que me saca, de las carcajadas que hemos compartido, de las lágrimas que nos hemos secado. También podría contar todas las veces que nos hemos enfadado, que hemos aprendido de la otra y que hemos dado un puñetazo en la mesa juntas a modo de ultimátum. Podría presentar un mural con todas nuestras fotografías con los ojos cerrados. Podría seguir escribiendo sobre ella, seguir obviando que sé que a veces no estoy lo suficientemente cerca o seguir reconociendo que eres de esas pocas personas a las que puedo llamar amiga sin titubear... Pero pocas cosas estarían a la altura de lo que dos letras para mí significan, pocas cosas serían tan bonitas como tú.


Gracias por ponerte en mi camino, por avanzar y crecer conmigo, por ser una luchadora, por ser fascinante y por compartir un pedazo de tu vida conmigo.



Feliz cumpleaños, Eu 






martes, 23 de febrero de 2016

Cotidiano.

Estábamos tumbados, semi desnudos, con algo de fondo a lo que no le prestaba mucha atención, cuando de pronto se giró sobre sí mismo y se incorporó, me miró fijamente. Tenía el pelo alborotado y no pude evitar fijarme en sus ojos marrón intenso y en la ficticia expresión de preocupación de su rostro. No pude resistirlo, me mordí el labio, fingí la misma preocupación, abrí mucho la boca y grité - ¿¡Qué pasa!? 
- Tenemos un enorme problema... - Seguía aparentando estar preocupado y no pude evitar poner cara de "cuéntame más". - Voy en serio, tenemos un problema tan grande como el Titanic, y tú estás aquí, tan tranquila.
- Bueno, tiene solución, cuéntame qué ocurre e intentaremos ponerle solución.
- Ya es demasiado tarde. - Y por un momento me hizo dudar. Bajó la mirada hacia sus manos, seguí su mirada y me embobé mirando esas manos. - No podemos hacer nada...
- Estás empezando a preocuparme y sabes que eso me da mucha mala leche, por favor, dispara si no quieres despertar a la bestia. - Dije mientras hacia el típico gesto de la pistolita con las manos.
- Eres insoportable. - Le salió de la boca con demasiada ternura, mientras me dedicaba una de sus irresistibles sonrisas en las que se le achinaban los ojos.- Estaba aquí, tan tranquilo, a punto de dormirme acariciándote la barriga, y he llegado a la conclusión de que estoy realmente jodido.- Hizo una pausa y captó todo mi interés, yo también me incorporé y me quedé mirándole a los ojos fijamente, ya no necesitaba fingir interés ni preocupación. - Estoy jodido porque me vuelven loco tus defectos, todas tus manías han pasado a ser para mí una puta alegría. - Abrí mucho los ojos, pero en realidad quería esconderme en cualquier sitio. Creo que estuve a punto de tirarme al suelo y meterme debajo de la cama solo para que se callase. - Me encanta cuando te abrazas a mí y sé que no tardarás más de diez  minutos en quedarte dormida y al final acabo viendo la película yo solo, también me encanta cuando te enfadas porque llego media hora antes y acabas de salir de la ducha, o cuando conduzco demasiado deprisa y acabas regañándome y no hablándome durante un rato. - Me eché en su hombro para evitar que viese mi cara de idiota y empezó a acariciarme el pelo como hizo en nuestra segunda cita. - Me vuelve loco como te levantas por las mañanas maullando y metiéndome el dedo en los ojos, como lloras de risa cuando te hago cosquillas o como te tapas la cara cuando te estoy bajando las bragas, 
- Por favor, para... Quiero que la tierra me trague ahora mismo. Eres odioso. 
- Me fascina como a pesar de estar de mal humor, no dejas de sonreír, como siempre tienes palabras bonitas para los demás y lo buena que eres conmigo. Y como de repente no te apetece el contacto físico con nadie, te encierras en tus libros y pasas horas sin decir ni mú. Y ni qué decir de lo pesada que te pones cuando te gusta algo, descubres una nueva canción o te da por seguir a un nuevo youtuber, al que tú consideras gracioso pero que yo no le encuentro ni pizca de gracia.
- Eh, que tú haces lo mismo con tu música querido, no te vengas arriba. 
- Si, tienes razón, también me encantas cuando te metes en el papel de fan loca. - Sonrió. - Pero tú también estás jodida.
- Oh, vaya. ¿Cómo es eso?
- Estás jodida porque eres mía, Tatiana, y yo te gusto casi lo mismo que me gustas tú a mí.
- No, cielo... Tú me gustas mucho más. Yo caí a tus pies en el momento en el que me dijiste que te gustaban los gatos, desde ese momento lo tienes todo hecho conmigo. Tus encantos no tienen nada que hacer conmigo, no tienen ningún efecto sobre mí. - Miré al techo, sin poder evitar sonreír. Y se abalanzó sobre mí. Empezó a darme besos por los mofletes, la nariz, la barbilla y acabó mordiéndome el cuello. - Así que no tengo ningún efecto... ¿eh? - Eché mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. 
- Contéstame, ¿no tendría ningún efecto en ti que parase ahora mismo? - Lo miré con cara de corderito y no hizo falta que le pusiera palabras a todo aquello. - Pídemelo, pídeme que no pare. 
- No pares...
- ¿Y que más? - Insistió.
- No pares, por favor...

lunes, 22 de febrero de 2016

Domingo.

Hoy es un domingo cualquiera, excepto por...
Es casi medio día y escucho a los vecinos reír, cantar, gritar... ¿Se estarán vengando por la noche que les hice pasar? Vuelvo a cerrar los ojos. Son las dos de la tarde. Demasiado tiempo en la cama. Muchas cosas que pensar, demasiadas decisiones que tomar. ¿Será este otro puñetazo en la mesa? ¿Será el definitivo? Me levanto, me vuelvo a tumbar. Intento cerrar los ojos. Resaca. Me duele la cabeza, me sobra ropa, y ahora me falta, me la vuelvo a poner. Tengo hambre. No quiero comer. ¿Qué hago? Actitud positiva. Estoy hasta el coño de lecciones de moral. Me quejo. Sonrío. Debo hacer algo diferente. Reordeno en mi cabeza todo aquello que quiero hacer. Busco recetas de comida sana. Me vuelvo a tumbar. Cierro los ojos y duermo. Me despierta un mensaje suyo. Yo también te echo de menos. Vuelvo a pensar en todo aquello que quiero hacer. ¿Qué hago con todo aquello que no estoy haciendo? Me arrepiento de haber mantenido demasiado tiempo en mi vida a gente estúpida. Doy una vuelta en la cama. Me falta él, o algo parecido. Demasiado lejos. Otra vuelta. Vuelvo a pensar en demasiadas cosas. Llego a la conclusión de que soy asquerosamente feliz. Me encanta mi vida. ¿Lo estoy haciendo bien? Venga, joder, sabes que lo puedes hacer mejor. Siento vértigo, ¿serán nauseas? Demasiado alcohol barato. Mierda, estoy echando de menos. Me tumbo. No quiero comer. Pongo algo de fondo, duermo. He soñado con él, ¿y sus manos? Debo hacer esto, debo hacer lo otro. Quiero viajar. Voy a hablarle. Dejo el teléfono, lo vuelvo a coger. Me vuelvo a quejar, pero sonrío. Joder, Tatiana, no te soporto. Pero como te quiero, hija de puta. Me miro, tengo el culo gordo, pero me gustan mis curvas. ¿Si? Me lanzo un beso. Voy a la cocina. Café. Huele bien. Me muerdo el labio. Enciendo una vela. Abro un libro. ¿Dibujo? Me voy al sillón. Me hago la simpática, nadie me hace ni puta gracia. Vuelvo a mirar el móvil, es él. Sonrío por primera vez de verdad en todo el día, "a verla", me hago un selfie, me hago 10, decido qué foto enviar. Elijo la más ridícula. Respuesta. Sonrío otra vez, ¡su puñetera nación! Me pongo a trabajar. No rindo, no es suficiente. Me duele la cabeza. Ibuprofeno. Pies fríos. Me vuelvo a meter en la cama. "Hoy he pensado mucho en ti". Vuelvo a trabajar. Escribo tres líneas, dos de ellas copiadas literalmente. Me autoconvenzo, menos es nada. Hago la lista de la compra. Verdura. No me gusta el tomate, pero voy a comprar. Vuelvo a pensar. Necesito desconectar. Quiero viajar. Hago cuentas. Puedo viajar. Vuelvo a mirar el móvil. Odio las redes sociales, quiero desconectar. Me enfado. Necesito un abrazo. Mi compañera de piso me lo da. Sonrío, pero no sé por qué. Intento hacer balanza. Por supuesto que soy feliz. Sé que todo está en mis manos. Se acabó la autocompasión. Vuelvo a fijar metas. Quiero mejorar mi inglés. Quiero ser la mejor. Relájate, Tatiana. Paro, suspiro. ¿Cómo lo hago? Vuelvo a empezar... Se acabó. Me siento orgullosa. Y de repente me siento triste. Oh dios, necesito un puto abrazo. Me tumbo en la cama, miro mi habitación. Me encanta. ¿Cuándo coño arreglarán esas humedades? Hogar. Abro el portátil. Pienso en ver porno. Acabo poniendo algo de zombies en streaming. Necesito escribir. A nadie le importa. A mí no me importa que a nadie le importe. Sonrío. Me tumbo. Cierro los ojos, me toco el pelo. Se ilumina la pantalla de mi móvil. Lo ignoro. Abro una nueva pestaña. Cierro los ojos. No tengo nada interesante que contar. ¿Dónde cojones está mi inspiración? Vuelvo a sonreír. Escribo.

martes, 16 de febrero de 2016

Sevilla

Suena de fondo cualquier canción,
y tus pies se entrelazan con los míos en este diminuto colchón,
en la mesa dos cervezas casi tan calientes como mi piel,
tus manos en mi cintura y tu boca en mi cuello,
de luz dos velas que se consumen como el tiempo.

Y aprietas, cojo aire fuerte y me giro,
tus labios como primera parada,
mis ojos delatando intenciones,
y tu impaciencia agarrando fuerte.

Subo, 
es más divertido verte desde aquí arriba, 
tus manos se pierden en mi pelo
y mi única salida es enredar mi lengua con tus ganas.
Y muerdo.

Y como respuesta solo puedes decir:
"Despacio cariño, que esto no ha hecho más que empezar."

sábado, 6 de febrero de 2016

Improvisando.

Soy todas esas canciones que escucho y me recuerdan a ti,
como la coincidencia más idiota le dio la vuelta a esta vida,
como sin intentar poner remedio todo lo llevas a tu terreno,
como yo, con prudencia, 
me abalanzo sobre tus silencios,
los pongo de mi parte
y acabamos maullando en cualquier callejón de esta ciudad del sur,
como tú, con descaro y decisión, 
acabas haciendo de mis instintos un títere con solo tu mirada
y acabamos rugiéndonos en cualquier bar cutre de esta ciudad del sur.




viernes, 22 de enero de 2016

Me vengo arriba cada vez que bajas,
como si fuese posible evitar esta cara de idiota cada vez que te da por sonreír.
Como si lo que me cuentan tus ojos
fuese la mitad de importante que lo que me dicen tus manos.
He perdido tu dirección
pero desde que estas ganas se han multiplicado por mil
todo esta habitación suena a ti.

viernes, 15 de enero de 2016

Caída libre

Y empezó a darme miedo que se me fuera de las manos justo en ese momento en el que entendí que ya era demasiado tarde. Había caído en picado, sin frenos y con ruedas de 4x4. 

- Como te sigas asomando así a mis ojos te voy a tener que inundar.
- Como me sigas sonriendo de esa manera te voy a tener que morder.

Y me quise ahogar en su cuello,
Y comerme sus labios a cucharadas.
¿Por qué no?

martes, 12 de enero de 2016

Y aquellos.

Todo aquello que 
te inspira, motiva, te hace dudar, te quema, esperas, confirmas, te remueve, sientes, te enloquece, te hace gritar, insiste, persiste, compartes, te transmite, te emociona, te hace vibrar, te enmudece, te voltea, te acelera, preocupa, agobia, importa, te enmudece, te enriquece, te hace cantar, aprendes, preguntas, callas, te desarma, te hace volar, te adviertes, te impresiona, fascina, deploras, te altera, te sorprende, respondes, sufres, hablas, te hace soñar, te excita, deslumbra, te impone, te altera, conmueve, te gusta, sobresalta, afecta, asusta, te persuade, te conmociona, apasiona, abrazas, te obsesiona, anhelas, te inquieta, te hace reflexionar, te alegra, juzgas, calculas, promueves, te enamora, idealizas, imaginas, proyectas, te hace olvidar, improvisas, planeas, eludes, ignoras, titubeas, te cercioras, te ratificas, te apetece, ansias, te ablanda, conmueve, quieres, lloras, te hace luchar, disfrutas, sonríes, te eriza, inflama, te hipnotiza, interesa, fanatizas, te absorbe, resuelves, defiendes, te libera, sueltas, arriesgas, te hace escapar, proteges, amas, eximes, te compromete, alabas, arañas, te hace vivir.
Merece la pena.

martes, 5 de enero de 2016

Recapitulemos.

- Cómo no voy a hacer caso de tus tonterías, si es lo que más me vuelve loco de ti.- Y lo dijo tan cerca, tan extremadamente cerca, que sentí que podía nadar en sus ojos color miel, o perderme en ellos, quería perderme en ellos.
- Creo... Creo que me voy a poner como un tomate a la de ya, no te asustes.
- Es difícil asustarme contigo, creo que hagas lo que hagas no me darías ningún miedo...- Su voz era firme y sus manos jugaban con mi pelo, la sonrisa que esbozaba empujaba a todo aquello que implicaba no portarse bien. 
- ¿Haga lo que haga? Estas demasiado seguro de tus palabras.- Y no pude evitar que se me pusiera cara de boba, era toda una declaración de intenciones. El ambiente de aquella cafetería, repleta de gente con enormes bolsas de regalos (parece que no era la única que dejaba para última hora las compras navideñas), empezó a cargarse más de la cuenta y mis bragas empezaban a notarlo,  me pedían a gritos estar tiradas ahora mismo en la parte de atrás de su coche, pero debía mantener la compostura, por ahora.
- Hagas lo que hagas, ¿y yo, tengo alguna oportunidad de darte miedo?- Madre mía, la cabeza me daba vueltas, ¿cómo podía ser tan jodidamente guapo?
- No, no me das ningún miedo.- Todo esto era más bien poco creíble, sobre todo porque estaba temblando, como cuando entras a la plataforma virtual de la Universidad y hay un mensaje nuevo con las notas de ese horrible examen. Un año hablando por whatsapp parecía haber dado sus frutos, y tenia la misma sensación que cuando recibía un mensaje suyo, sólo que las cosquillas del estómago pasaron a estar unos centímetros más abajo.
No dijo nada, solo sonrió, sonrió mucho, con una sonrisa enorme y preciosa, y sus manos se acercaron a mis mejillas, sentí que me iba a quedar sin respiración en cualquier momento, y antes de que me diera cuenta, sus labios estaban besando los míos, inocentemente, y lo que menos pude soportar es seguir con ese beso inocente, mis manos se enredaron en su pelo, mi lengua buscaba desesperádamente la suya, y aquel beso creo que duró más de lo aceptado socialmente para besar en público. Pero me daba igual, era él, estaba ahí, conmigo y me deseaba tanto como yo a él. De repente se apartó, me cogió la mano, me acercó el abrigo y el bolso y se acercó al camarero, le tendió un billete y volvió a cogerme la mano. Salimos a galope del centro comercial y las luces de su coche empezaron a parpadear, nos acercamos hasta él corriendo para evitar la lluvia y subimos. - Llevo esperando este momento tanto tiempo... Tenía tanto miedo... y tantas ganas de saber que no exageraba contigo...- Mi cara dibujó una mueca graciosa y tímida al escuchar eso, estaba aturdida y mi respiración estaba empezando a delatarme. Él sólo sonrió y volvió a besarme, volvió a besarme como mi cabeza no recuerda haber besado.
- No quiero irme. No quiero irme ahora...- Susurré en sus labios. - No quiero irme.- Repetí.

sábado, 2 de enero de 2016

Mil


No
No existe eso de solo seguir al corazón,
a veces también necesitamos nuestra razón,
nuestras verdades, los silencios que nos regalamos a nosotros mismos,
las veces que nos preguntamos "¿qué coño haces?",
y cuando se decides ser valiente...
las experiencias,
los recuerdos,
las sonrisas,
los esfuerzos,
las noches,
la confianza,
la coordinación,
el aprendizaje,
se disipan como bruma si tus deseos no están a la orden de las expectativas de los demás,
y da igual,
porque a veces olvidamos
que los deseos que deberíamos priorizar para complacer
son los más egoístas.