Cuando te calo dentro gota a gota y me adhiero a tu piel como un imán y te rompes conmigo sin más y cuando nuestros cuerpos sin quererlo se convierten en poesía y acabamos encontrando la manera exacta de encajar como dos piezas que se equivocan y acaban en cualquier otra boca mientras no sea la suya.
Oh no, quizá si, deberías escucharme un poco más.
Créeme, si hay algo que me vuelva loca son las yemas de tus manos recorriendo mis tobillos y surcando por mis caderas, buscando el lugar exacto donde desembocar. Cuando solo somos bocas.
Cuando te muerdes los labios y las ganas y a mí lo único que se me ocurre es girar la cara y morderme más fuerte.
Quemas.
Y esto siempre surge igual, empieza con un NO infinito y acaba con mis brazos amarrados a ti y mi boca perdida en tu cuello, atendiendo a la única razón que se nos dio siempre bien: piel.
'Y le sobra el valor que le falta a mis noches'
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