Tumblr Mouse Cursors

miércoles, 19 de marzo de 2014

Abril.

Que me quiten lo bailao', lo gemido y lo sentenciado.
Pero que no me quiten mi mes de Abril.
Que no me quiten nunca tu sonrisa clavándose entre mis piernas, tu pelo alborotado, tu barba despeinada.
Que me venga a la cabeza cada 1614 segundos tu cara de bobo mirándome el escote.
Tus ganas de fumarte cada rincón de mi piel,
tu pánico al agua fría, mi odio hacia las duchas ardiendo sino son contigo.
Mis piernas temblando al bajar de ese tren.
Y después que sigan temblando esa noche en tu cama.
Que no olvide nunca que solo tú has lamido mis heridas,
las has cosido y has plantado una flor en ellas. Que has creado vida.
Que nunca me quiten mi cara de asombro,
mi: ¿Qué hace alguien como tú en un sitio como este?
Mis ganas de correr hacia ti,
y correrme contigo.
Que sigas enredando mi pelo solo como tú sabes hacerlo,
y desenredando mis dudas.
Que me quiten todo menos las marcas de ti en mi piel,
que pueda seguir creando mi propia carretera estatal en cada uno de los arañazos que firmo en tu espalda.

Que pueda afirmar que no hay más amor que amar desmesuradamente, gracias a ti.
Que quiero otro Abril, y otros cuantos más después de cada Marzo contigo.
Lleno de historias.
Lleno de ti.
De mi, contigo.

martes, 18 de marzo de 2014

No(no)ches.

Duermo todas las noches abrazada a un saco de aire frío que me sabe a soledad. Solo cuando tú no estás. Aunque ya nunca duermo sola.
Creo que estas noches son mucho más oscuras cuando tú no me abrazas heroicamente y me acurrucas en tu hombro. Y eso que siempre me dio miedo la oscuridad.
Desde que encontré mi hueco perfecto entre tu brazo izquierdo ya no hay otro que se le asemeje.
Ni camas de hotel de 2 metros que estén a la altura de tu cama de 0.90.
Que no son sueños sino te clavas en mis esquinas, sino me pierdo en tu cornisa, sino retuerces mis entrañas de solo un bocado haciéndome temblar con 40 grados al sol.
Porque a tu lado siempre huele a verano.
Es probable que exista algo mejor que perder mis manos en tu pelo, morderte el hombro, ahogar mis gritos, hundirte en mi cuello y caer al vacío contigo.
Quizás haya algo mejor que llorar de felicidad tras un orgasmo.
Pero yo lo seguiré dudando mientras me demuestres lo contrario.
Y si es verdad eso que dicen de que el tamaño no importa que vengan y me expliquen por qué esta cama es tan enorme cuando tú no estás en ella.
O yo en la tuya.

lunes, 17 de febrero de 2014

Por un sí que siempre fue un no.

Y por todas esas relaciones que siempre fueron un poco así, por ellas, por mí, por mañana:

Mientras sacudas y sigan cayendo de tus aún inestables pedazos,
mientras sigas respirando bocanadas de recuerdos que te queman,
si  aún das dos pasos hacia el frente y uno hacia atrás,
si llueve pero no es tu cara la que se moja,
si aún te pintas los labios rojos con la esperanza de que otros labios no sean sino son los suyos...
quizás no es el momento, mientras dejas de ser:
Será que aún no es lo suficientemente cobarde para dejar que te rompas. Y te vallas.
Y mucho menos valiente para dejar que te repongas.
Por tus sí, por mis no, por mis dudas y tus aciertos.
Tus lagunas, mis olvidos, tus mentiras y mis piernas formando parte de tu cintura.
Por mi locura, tu ventaja, mi no saber estar, tú conmigo, yo sin ti.
Yo sin mí.
Por recordar, por olvidar, recordar olvidando.
Porque ¿me qué? Tú no quieres.
Yo no quiero creer.
Porque no te lo mereces, joder.
Por ahora si y ahora creo que no.
Porque tú no te arriesgas, porque a mí no me interesa.
Porque no puedo, porque no quiero, porque me apetece, porque olvídame.
Porque ya es tarde, ya da igual, no duele, ya nada. Adiós.
Y ahora alguien como tú, pero muy diferente.
Nada como tú. Nada.
Y ahora sí, ahora quiero, todo llega y todo se va.
Olvido, olvido y olvido y después lo mismo: nada. No es infinito. Todo cura.
Pero todo esto es suficiente para arrancarte de esa parte, recordar que siempre fue mía antes de que llegaras y volverla a entregar.

Quien lo rompe lo paga. Y ellos aún en busca y captura.
Nadie es lo suficientemente cerdo como para verte caer.




miércoles, 22 de enero de 2014

Hoy por ser hoy.

No puedo, no puedo evitarlo.-
No quiero evitarlo.
Quizás mi problema siempre fue el orgullo acumulado, el no querer creer que en alguna parte de todo aquello yo le conseguí transmitir alguna vez todo aquello que quería/necesitaba transmitir.
Y llega un momento en el que ya no sé si lloro de felicidad, melancolía o simplemente tristeza.

¿Sabes? Soy un desastre y tú eso lo sabes muy bien.
No es que a veces me gustase que te creyeses que no te echo de menos pero si que quería aparentar que seguir adelante sin ti ya no era tan difícil. Error. Tardé algo así como tres años en aceptar que te habías ido y me acabé conformando con ridículas visitas esporádicas que, en parte, me han hecho ser como soy, y que en otra parte, me llenaban de vida.
No elegimos las personas que nos marcan, no lo elegimos y a veces tampoco lo aceptamos. 
Me han dicho así como unas mil doscientas veces que sobrevaloro con demasiada facilidad a las personas y yo pienso... qué hago si mis debilidades están demasiado a la vista y no me preocupo ni me esfuerzo por ocultarlo.
Casi cualquier persona que haya compartido conmigo cinco minutos de conversación sobre ella podría corroborar esto. Creo que lo sabe tanta gente que se me olvidó decírselo claramente a ella. Pero lo mio no ha sido nunca el decir "Te quiero", "Te necesito" o "Te echo de menos" sino es estrictamente necesario. Y mi pregunta es ¿Y si ese caso si era estrictamente necesario?
También se me da mal ser asertiva cuando se trata de debilidades, prefiero contener la rabia y decir NO LO ENTIENDO y mantener la boquita callada, creyendo esa estupidez de que quizás ella a veces también piensa lo mismo y tampoco entiende mi ridícula actitud. Y prefiero creer que una parte de ella me echa de menos.

Ahora y durante media hora más es un día especial y lo ha sido durante 23 horas atrás. 
Para mí han sido ya 8 (entrando en 9) años especiales. 
Nunca he reído de manera tan infantil y sincera, llorado con tanta desesperación ni he mandado a callar tantas veces a nadie como a ella. Y supongo que tampoco he querido a nadie de manera tan bipolar.
Me ha hecho sonreír y llorar A LA VEZ de felicidad y tristeza con solo palabras escritas.
Me han hecho sentir afortunada por tener las dos mejores amigas del mundo, el mejor pack de 3 de la historia, muy por encima del pack de tomate frito marca hacendado (Mercadoooona, mercadona).

Y es que yo aún la recuerdo así hoy a sus 22 años. Ruidosa, espontánea, natural, alegre y feliz.
La recuerdo también ausente, la recuerdo en todos esos momentos que sin darme cuenta echaba en falta que ella estuviese. La recuerdo en un pueblo (pero pueblo, PUEBLO de estos de señoronas de PUEBLO) rodeada de montes y cabras pero arrastrando el mote de "LA PIJA" en segundo de la ESO. 
La recuerdo a ella con su cara de dormida y mala leche todas las mañanas, con dos coletas, un chándal azul y unas ojeras demasiado marcadas. Con una habitación en buhardilla, con mi sonrisa volviendo a casa estando tan sólo a tres minutos de reloj la una de la otra. Con nuestras primeras fiestas, primeras salidas de tres. La recuerdo leyendo a todas horas, tirada en mi cama, llenándome la habitación de ropa por todas partes, maleta y demás y recuerdo charlas de horas y horas antes de dormir.

Las recuerdo a ellas bailando una canción en mi habitación, saliendo del armario, desfasadas, mientras a mí se me caía la baba e intentaba grabar con algo de pulso aquello que ahora no olvido.

Feliz cumpleaños L.