Este año me adelanto un poco más de la cuenta pero retomo viejas costumbres, me es imposible no despedir el año poniéndome un poco moñas, recordando y haciendo una lista de imprescindibles para el año que viene.
Tengo que confesar que aunque no soy creyente, ni católica, ni cristiana ni nada parecido... ¡Me encanta la navidad! No relaciono esta época del año con nada que esté relacionado con ningún tipo de religión. Me encanta el frío, que la gente esté aparentemente más contenta, las reuniones familiares, los detalles con las personas que te importan, las fiestas, las comilonas, los bombones, que sea la excusa perfecta para beber champagne y lambrusco, que decir moñadas no esté tan mal visto, las luces, el vino, la ilusión, los decorados... Joder, todo, me encanta. Soy la típica persona que no entiende a la gente que dice que odia la navidad cuando para mí sin duda es una de las mejores épocas del año.
Pero a la vez que me gusta tanto me pongo más sensiblona de la cuenta, te da por recordar a esa gente que ya no está contigo y te gustaría que estuviese, el año se va acabando y haces balanza de todo lo que has vivido, has ganado y has perdido en estos días y a mí me encanta recordarlo.
No puedo evitar recordar como despedí el 2012 (http://antatisis.blogspot.com.es/2012/12/bye-2012.html) llena de dudas, miedo y confusión. Obviando ciertas partes de esa entrada (jé) todo era un caos en mi vida en Diciembre de 2012 y Enero de 2013, la entrada a ese año no pudo ser mas... ¿Rara? Supongo que todo cambió de manera tan brusca que a una parte de mí no le dio tiempo a poder digerirlo todo en ese momento pero... a día de hoy sé que tenía que ser así porque algo mejor me estaba esperando ese año.
El 2013 ha sido un año lleno de altibajos, a veces más bajos que altos, lleno de idas y venidas, de emociones, aventuras y muchas, muchas meteduras de pata (y también lleno de grandes lecciones).
He perdido a más personas de las que he ganado pero sin duda he ganado en calidad, algo que siempre he valorado mucho más que la cantidad (EVER).
Si tengo que definir estos 365 días con dos palabras son: decepción e ilusión. Me han decepcionado más que en cualquier momento de mi vida, no una persona, sino varias. Personas que creí que siempre estarían ahí en mayor o menor medida ya no quiero ni que asomen la cabeza, amigos que consideré más especiales de la cuenta a día de hoy me han demostrado que son un poco basura.
Personas a las que se le llenó la boca diciendo que era especial, que me querían y que siempre iban a estar ahí hoy su lugar está más cerca de la mierda y se han coronado como el culmen del cinismo.
Esta clase de personas son las que nos merecemos tener lejos, son las que por su propias patitas se van a tomar por saco. Esto también es algo bueno que me he llevado en este año, que en ningún momento me ha temblado la mano para decir adiós cuando he tenido que hacerlo.
Con otras personas no ha sido tan fácil decir adiós, otras despedidas no son tan agradables aunque te gustaría que lo fuesen. Hay personas que aunque ya no están porque no deben estar siempre les quedará alguna parte bonita de ti, aunque sea embotellada en recuerdos. Siempre.
Luego están esas personas que SIEMPRE están de verdad, esos amigos incondicionales, esas hermanas, familia y personas que sabes que no te van a faltar tampoco en 2014. Personas que te llenan de alegría, de optimismo y de felicidad. Esas personas que me han apoyado todo y más en este año y que no quiero que me falten nunca, siempre sois los mismos aunque este año con un añadido extra enorme: Gracias Bitches.
Y es que el 2013 me ha dado de los mejores momentos que voy a recordar... Esos viajes, charlas, confesiones, fiestas, besos, despedidas, reconciliaciones y tantos momentos que no cambiaría por nada.
Ha sido un año COMPLETO, sin lugar a dudas, no le ha faltado de nada, ni malos ni buenos momentos. No me ha dado tiempo para aburrirme.
Lo mejor y sobre todo lo más inesperado y dulce del año viene de la mano del mes de Abril, otro de mis meses favoritos del año junto con Diciembre. Lo primero que pensé es... ¿Qué hace una persona como tú en un lugar como este? No tenía mucho sentido pero creo que también tenía todo el sentido del mundo porque entre él y yo nada ha sido convencional. Creo que no tuve elección con él, no me dio tiempo a decidir si era lo que quería o no porque ya sin darme cuenta me había enganchado a su manera de hacerme sonreír desde el primer momento justo cuando más lo necesitaba. Fue mi salida de emergencia perfecta y llegó justo cuando debía llegar a pesar de todo el caos de mi cabeza. Aguantó mis indecisiones y mis miedos como nadie e hizo con ellas lo que le dio la gana. Me has hecho una moñas de cuidao', haces que necesitarte sea más fácil de la cuenta y que echarte de menos sea una putada, me has hecho creer en imposibles que ahora son posibles, me haces feliz y has sido mi mayor regalo del 2013. Ya han pasado casi 10 meses desde que te tengo en mi vida y no quiero no volver a tenerte en ella... Gracias Andrés, por tu paciencia, tu saber estar, por tratarme así sólo como tú sabes hacerlo y por darme tanto amor. Te quiero.
Y es que en eso se ha basado mi 2013, en querer cada día un poco más a las personas que se lo merecen, en aprender a decir no y saber cuando decir sí. He cometido muchos errores pero ninguno ha sido en vano, todos me han servido para algo, todos llevan una lección detrás.
Si de algo estoy orgullosa de este 2013 es que por primera vez en mucho tiempo he hecho lo que me ha dado la gana de verdad, sin esperar nada a cambio y eso ha hecho que sin lugar a dudas el 2013 ha sido uno de los mejores años de mi vida, con diferencia.
domingo, 29 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
Cómo solo tú sabes.
SED.
Él desata cada instinto animal que hay en mí, como una gata en celo que se curva pidiendo un poco más.
Me ruboriza al mismo tiempo que juega a excitarme y sin darme cuenta ya es demasiado tarde, he caído de nuevo en la trampa de sus sonrisas y su cara de pillo. Y me encanta, me dejo caer... JODER ¿Cómo no hacerlo?
Calma esa sed como solo él sabe sin necesidad de palabras y manipula la poca razón que me queda embriagando todos mis sentidos y desnudando cada poro de mi piel.
Anestesia cada marca que deja en mi piel y convierte el dolor en deseo y a cada embestida se me olvida incluso el tic-tac del reloj. Y manipula mi tiempo con la yema de sus dedos.
Me enseñó que como mejor se ama es con el alma desnuda y los pies fríos, con la boca tapada y mis dientes mordiendo sus manos.
Se pierde entre mis lunares trepando por mis caderas y besa cada una de mis cicatrices, esas que ahora empiezan a aflorar y solo piden un poco más de él, un poco más de esa droga que ahora ya no quiero dejar de tomar.
Quiero emborracharme de ti.
Quiero que me susurres al oído que solo soy tuya, quiero que me lo hagas creer.
Te quiero a ti, aquí conmigo.

Él desata cada instinto animal que hay en mí, como una gata en celo que se curva pidiendo un poco más.
Me ruboriza al mismo tiempo que juega a excitarme y sin darme cuenta ya es demasiado tarde, he caído de nuevo en la trampa de sus sonrisas y su cara de pillo. Y me encanta, me dejo caer... JODER ¿Cómo no hacerlo?
Calma esa sed como solo él sabe sin necesidad de palabras y manipula la poca razón que me queda embriagando todos mis sentidos y desnudando cada poro de mi piel.
Anestesia cada marca que deja en mi piel y convierte el dolor en deseo y a cada embestida se me olvida incluso el tic-tac del reloj. Y manipula mi tiempo con la yema de sus dedos.
Me enseñó que como mejor se ama es con el alma desnuda y los pies fríos, con la boca tapada y mis dientes mordiendo sus manos.
Se pierde entre mis lunares trepando por mis caderas y besa cada una de mis cicatrices, esas que ahora empiezan a aflorar y solo piden un poco más de él, un poco más de esa droga que ahora ya no quiero dejar de tomar.
Quiero emborracharme de ti.
Quiero que me susurres al oído que solo soy tuya, quiero que me lo hagas creer.
Te quiero a ti, aquí conmigo.

Quiero que me quieras así, salvaje, como tú eres, con el pelo despeinado y mordiéndote los labios.
Como solo tu sabes.
Quiero que te enamores de lo que te ofrezco.
De lo que soy.
De lo que somos los dos.
Quiero que me hagas sentir viva, que me des vida.
Que te fundas conmigo.
Que explotes y te desvanezcas sobre mí.
Y revivas y después...
quiéreme otra vez, sólo como tú sabes hacerlo.
lunes, 18 de noviembre de 2013
Frío, aquí, ahora.
Hoy es un día frío en esta capital olvidada.
Hace frío fuera de mi habitación y dentro de mís sábanas, si alguien me rozara hoy las manos diría que estoy más cerca del rigor mortis que de la propia vida, pero...la diferencia corporal entre un muerto y yo es que hoy ardo un poquito más por dentro.
Hay días en los que la inmensidad (e intensidad) del tiempo te golpea la cara como una fría y cortada brisa helada en pleno centro de Granada en Diciembre, esos días en los que te sientes tan pequeña que todo se te queda un poco grande y sólo te apetece ponerte capas y capas de ropa para que el peso de ésta te haga olvidar el peso muerto de los recuerdos que cargas a tu espalda. Y entre cada una de las bocanadas de ese té ardiendo tan dulce te da por pensar en como en cuestión de unos 365 días aproximadamente, día arriba, día abajo, tu vida ha dado un giro de campana y te ha dejado totalmente boca abajo, desnuda y con toda la sangre en la cabeza, con un futuro roto y cada vez más inexistente e inespecífico y cada vez más fríos y cada vez más rotos como si no hubiese rastro de ese ayer que supuestamente tanto te definía... Ya nada es igual, tú no eres la misma cuando te miras al espejo, lo único que permanecen son tus inseguridades pero por lo demás, ya no es lo que era y tú tampoco eres lo que tanto tiempo intentaste ser. Intenté tanto serlo que me olvidé de ser yo misma, puedo considerarme por la misma batalla una luchadora, una perdedora o una estúpida cabezona que intenta ganar y ganar algo que siempre estuvo perdido.
Te miras y piensas en todas esas personas que rodearon tus esquinas con falsos abrazos, aquellos 'te quiero' que se rompieron antes de salir por tu boca y todos esos 'te echo de menos' que sin querer queriendo te acabaste creyendo. La de veces que en un solo año llamaste amigo a alguien que hoy sólo es un desconocido para ti o los días que te preocupaste por algo que no tenía solución. Las veces que lloraste pidiendo que te entendieran como una niña caprichosa que a pesar de saber que no tiene razón sigue intentando que todo el mundo se la dé. Porque lo importante contigo no era tener siempre la razón, lo importante era simplemente tenerte.
Hoy me siento fría porque muchos brazos han dejado de darme calor, ya ni siquiera me darán compañía nunca más, pero tampoco guardo rencor por ello. Esas personas que se fueron me han hecho más fácil ver que lo primero es contar con uno mismo y ser fiel a nuestros propios principios.
Nadie está obligado a quedarse y puestos a ser positivos, es mucho mejor que una persona que está predestinada a irse se vaya cuanto antes y no ocupe un lugar que no es suyo.
Hoy estoy así, un tanto escéptica con el mundo por todo aquello que me ha quitado, pero también muy agradecida por dejar huecos libres para todo aquello que está por llegar. Sigo pensando que soy una afortunada, creo que a pesar del cambio tan radical en mi vida no cambiaría nada de ella ni de todo lo que he vivido en este año, no cambiaría ni un solo segundo ni un solo error. Tampoco cambiaría ni una sola locura, como presentarme un día cualquiera de Abril en una ciudad que ni fu ni fa por algo que desde dentro me decía que merecía la pena. Hoy sé que ha merecido la pena y que tengo más de lo que podía pedir. Ha merecido la pena cualquier cosa si hoy puedo decir que te tengo conmigo.
Y aunque haga frío, me sienta helada y se me encoja el corazón del vértigo al pensar en lo mucho que todo ha cambiado, soy tan feliz y estoy tan eufórica por tener lo que tengo y por ser quien soy que el resto de días estoy demasiado ocupada para acordarme de todo lo que ahora es diferente y mucho más ocupada como para echarlo de menos.
La vida es eso, cambios, evolución y ciclos. Un día estás llorando en la cama como el ser más egocéntrico del mundo porque piensas que la vida es muy injusta solamente contigo y al día siguiente estás pegando saltos de alegría con tus amigas en plena Gran Vía de Madrid, no sé, por poner un ejemplo.
A ser felices, corazones.♥
martes, 5 de noviembre de 2013
Escribir por amor al (dese)arte.
No podemos evitarlo, somos humanos, débiles y simples y nos movemos por instintos. Nos impulsa el deseo de cometer estupideces y sobre todo echamos de menos algo que en realidad nunca ha sucedido, pero lo seguimos soñando, supongo que el pensar que algo imposible deja de serlo es lo que nos impulsa a mantener la esperanza... Una esperanza que bañamos de cinismo cuando lo que deseamos de verdad está reñido con nuestra estabilidad emocional.
Creo que mi tara de fábrica es que vivo estúpidamente enamorada de algo que no existe, y me imagino que lo peor de todo esto es que una parte de mí sigue pensando que es posible, que va a suceder... ¿Qué tengo que perder además de mi cordura? Lo verdaderamente preocupante es que no estoy segura de si esto resulta más creíble para mí o para mi álter ego... Qué caos...¿Eh? Tengo mil demonios que matar y todos ellos se acuestan conmigo cada noche en mi cama.
«Consejos vendo que para mí no tengo.»
La interminable historia de mi vida. Complicar lo que ya de por sí es infumable, pero joder... No es tan fácil luchar contra un espejo y más contando que frente al espejo no me reflejo yo, ni una bruja atractiva con ligueros. Lo que si puedo ver es aquello que dice ser lo mejor para mí y justo al fondo aquello que me grita qué es lo que de verdad quiero y... ¡Por dios! No puedo dejar de mirar a aquella mujer descarada que no deja de gritar y sonreír ¡JODER! como sonríe... Además luce esa cara de bien follada que tanta gracia me hace. Y en cambio... la que esta cerca, la que me susurra lo que se supone que es mejor para mí, habla bajito y le tiembla la voz, viste una falsa inocencia que no hace juego con su melena descuidada y despeinada...
No, no es lo que dice ser.
Quizás si escucháramos más dentro de nosotros y nos parasemos a pensar que es lo que realmente nos hace felices sin tener que cumplir con las expectativas de nadie todo esto sería menos vomitivo...
Supongo, que en el fondo los finales felices se los patento todos Walt Disney y lo peor de todo es que nos creó unas expectativas que son, cuanto menos, ridículas... Y creo que esto es en potencia responsable de nuestras desafortunadas historias interminables-acabadas.
No tiene sentido que yo cree un castillo de papel si luego llegarás tú, soplarás, me besarás el cuello y todo desaparece... Por favor, hazme creer en imposibles.
'Te dolerá todo el cuerpo, me buscarás en el infierno porque soy igual que tú.
Todo lo que siento por ti solo podría decirlo así.'
Suscribirse a:
Entradas (Atom)