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sábado, 8 de junio de 2013

Amar es lo más.

Me gusta el café, la menta, los zombies, el sexo, los gatos, los libros, el arte, las barbas, los ojos oscuros; me gustan las personas que se preocupan por tener una bonita conversación; me gusta el color turquesa, las grandes ciudades, conducir, sentir la brisa en la cara mientras conduces a 130km/h; me gusta cantar, dibujar, besar, bailar, me gusta sentir, tener miedo, tocar, volar; me gusta aprender, conocer, saber, opinar, callarme y dar la razón; me gustan los búhos, la ropa interior, los zapatos que dan vértigo, la poesía de Bécquer, la música alta, las faldas cortas y la ginebra. Me gusta reír hasta llorar, escuchar, el olor a ropa recién lavada, el maullido de un gato, la sonrisa de un bebé y los mordiscos que dejan huella; me gusta la música que a nadie le gusta, descubrir, crear, Sonic, nadar, viajar y coger el tren. Me gusta la espuma de la cerveza, las medias con carreras, las noches rotas, soñar despierta, me gusta el ruido que suena bien. Me gusta que me tiemblen las piernas, que se me acelere el corazón, que la boca se me quede seca y perder la voz; me gusta dejar marca y que me digan "hija de puta"; me gustan las velas, el olor a vainilla, el té de starbucks y odio el chocolate. Me gusta ir a las papelerías, comprar bolígrafos y lapices, dibujar, recordar y sonreír. Me gusta sentir que puedo, los vestidos de vuelo en verano y que tú me lo subas; me gusta mi cama, coleccionar recuerdos, escribir, describir y contar detalles. Me gusta ponerle nombre a cada uno de mis orgasmos, hablar con criterio y beber nestea; me gusta tener pocos amigos, las nuevas tecnologías, el diseño gráfico, la decoración, el orden, la perfección y la simetría. Me gusta ordenar la ropa por colores, elegir bragas según la importancia del acontecimiento, equivocarme, querer hasta que duele e intentarlo hasta decir basta. Me gusta el pelo suelto, que me lo enreden, los chicles de hierva buena, ir de compras con mi madre y hacer sonreír a mis abuelos. Me gustan los abrazos en grupo, la palabra BITCHES, mi carrera, las personas que no tienen miedo de aceptar sus limitaciones y romper sus barreras, la sinceridad, Party Rock de LMFAO, la música en directo y la primavera. Me gustan los niños pelirrojos, las películas disney, escuchar a Lana del Rey, las máscaras, los perfumes de Moschino, Venecia y las películas de Resident Evil. Me gustan las palabras que suenan bien, las camisas de cuadros en hombres y la gente que habla inglés.
Me gusta mi vida, amo todo lo que me gusta, vivir así y mis impulsos. 
Amo estar como una puta cabra. 
Amo que amar para mí no signifique simplemente amar a ciertas personas.



(IM)perfecto.

Descubrí un agujero en mi pecho
me asusté al verte dentro.
Me escondía detrás de un oscuro secreto.

Prometí estar muy callado, correcto
mientras tú significabas perfecto,
lo opuesto a mí.
Debo pensarlo mejor...
esto se ha vuelto violento y vulgar.

Cuando te juré quedarme mentí,
cuando te dije lo siento volví a mentir.

Descuidé conquistarte de ocho a diez.
Y olvidé el significado
de olvidar lo ya olvidado
y olvidé doble pensarlo otra vez.

Cuando te juré quedarme mentí, cuando te dije lo siento volví a mentir.



jueves, 6 de junio de 2013

Peculiaridades

Quizá debería haberte avisado de todo aquello que también forma parte de todo lo que soy y no resulta tan agradable.
Quizá deberías haber leído la letra pequeña que llevo conmigo en cada una de mis cicatrices.

Debería haberte dicho...
 Que me cuesta olvidar, que lloro con bastante frecuencia, que quiero a veces demasiado 
y me cuesta dejar de hacerlo. 
Que me gusta más de la cuenta lo complicado y me enamoro de personas casi tan complejas como yo.
Que me quema todo aquello que siento que es injusto, que me gusta a veces recibir más de lo que soy capaz de dar y aún así siento que no es suficiente. 
Que tengo adicción por la cafeína, el sexo y las letras. Pero siempre fui de ciencias.
Que me gusta quedarme a solas una vez cada tres semanas para llorar y llorarle.
Que le tengo fobia a dos palabras por su culpa y soy incapaz de hacerles frente.
Que unos días me quiero demasiado y otros demasiado poco.
Que me encapricho rápido y fugazmente de objetos y personas.
Que odio todo aquello que me cuesta odiar, que a veces me cuesta permanecer callada 
y que no controlo bien mis instintos.
Que me gustan los cuentos de amor y las historias imposibles, 
que a veces creo en caballeros y damas
 y que me gusta reinar en mi cama.
Que soy una cobarde cuando se trata de mí, que me faltan algunos pares de cojones en algunas ocasiones
y que demasiadas veces me gusta equivocarme.
Que tiento a la suerte y cuando juego con fuego es por que sé que al final voy a acabar ardiendo.
Que me aburre la monotonía. Que a veces yo sola busco complicarlo todo, 
que me gusta el drama cuando me aburro y que grito con frecuencia. 
Que a veces no escribo para nadie y cuando le escribo no lo publico.
Que miento demasiado bien y tengo el super poder de estar borracha y hacer que mis mentiras parezcan verdades y esto también sé hacerlo cuando estoy sobria.
Que estoy ebria de sentimientos y acabo vomitando realidades.
Que tengo sueños ridículos e imposibles. Que sueño despierta cuando me aburro y por eso nunca me aburro conmigo misma.

Que existen peculiaridades de mí que no son publicables ni aceptables.

martes, 4 de junio de 2013

Presas.

Él  tenía  una manera especial de mirarme, tenía esa manera especial de hacer que todo lo que estaba a mi alrededor se quedase en un segundo plano.
Él marcaba cada uno de mis rincones, no solo en mi piel, iba mucho más allá del contacto físico, me volvía loca, por dentro, por fuera y más allá, donde no se puede ver.
Fue capaz de besar cada una de mis cicatrices y después morderlas con fuerza, marcando cada paso que iba dando en mí, dejando huella por todo aquello que formaba parte de lo que soy.

Me hacía creer que solo podría ser de él, me miraba y me desarmaba y desnudaba al mismo tiempo, con un sólo chasquido era capaz de dejarme sin palabras y que babeara como un león al que le ponen justo delante la presa más deliciosa e indefensa, aunque en ese momento la presa indefensa fuera yo.

Su espalda se convertía para mí en mi lienzo favorito para todo aquello que no podía expresar con palabras, mi boca solo era boca cuando él la rozaba. Y todo se limitaba a eso, a ser dos bocas que se encontraban solas, dos cuerpos que se limitaban a encajar y ante todo dos almas que rozaban la locura. Al fin y al cabo todo se convertía en poesía. ARTE.

Y así como dos presas que se pierden y no saben a quien deben atacar en ese momento, se fueron enamorando de cada uno de los segundo que creaban en una cama de 0,90.
Ingenuos.

Magia. 
Pensaba que no existía hasta que vi como encajaban tus ganas con mis instintos y me di cuenta de lo bien que combinan tus miradas lascivas con mi sonrisa de bien follada.

Y como iba diciendo... él tenia esa manera tan peculiar de hacer que todo girase alrededor de mis silencios. 
No solo conseguía que me temblasen las piernas, también desequilibraba mi realidad cada vez que le tenia cerca.

Y es que las mejores guerras son aquellas que montábamos en su cama.