Él me juro amor eterno con tan solo 14 años, entre palabras bonitas de las que a penas entendíamos el significado y la inocencia del primer amor que se cree eterno, que se torna eterno.
Tenía los ojos grandes, esos que detrás escondían el abismo de un sentimiento demasiado grande para un corazón tan joven, a veces daba las gracias de que no fueran los típicos ojos azules porque estoy segura de que entonces hubiera intentando sumergirme en ellos y nadar, remar sin descanso, aún así, me perdía en ese bosque marrón, marrón y espeso. Oscuros. Como él. Desde ese momento los ojos marrones y grandes son mi perdición, o quizás solamente los suyos.
Me enamoré no sólo de unos ojos grandes, supongo que lo a primera vista no me fijaría en esos ojos
Un beso. En la mejilla.
Lo importante no es esto, lo importante no es que haya encontrado en una carpeta una de tantas notas de amor que me escribía cuando tan sólo eramos unos niños, cuando creíamos saberlo todo sobre eso que llaman amor. NO. Ni siquiera es esto. Lo importante es que hoy, después de (Ufffffff) casi siete años sigue dedicándome esas mismas palabras, a pesar de las adversidades, los errores o los
Yo he tomado la decisión de avanzar con [por] él.
Y si sigo aquí, sólo es por él.
Estoy segura de que existen historias preciosas, incluso más que esta que acabo de contar
Pero recuerda; la única manera de matar un recuerdo es no recordándolo.
Cuando amas, nada es un esfuerzo. Por eso ama a quien quieres y sobre todo, ama lo que haces.
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