Tumblr Mouse Cursors

lunes, 24 de septiembre de 2012

Melancolía en botella.

"¿Mañana me seguirás queriendo? Yo por siempre jamás."
Él me juro amor eterno con tan solo 14 años, entre palabras bonitas de las que a penas entendíamos el significado y la inocencia del primer amor que se cree eterno, que se torna eterno.
Tenía los ojos grandes, esos que detrás escondían el abismo de un sentimiento demasiado grande para un corazón tan joven, a veces daba las gracias de que no fueran los típicos ojos azules porque estoy segura de que entonces hubiera intentando sumergirme en ellos y nadar, remar sin descanso, aún así, me perdía en ese bosque marrón, marrón y espeso. Oscuros. Como él. Desde ese momento los ojos marrones y grandes son mi perdición, o quizás solamente los suyos.
Me enamoré no sólo de unos ojos grandes, supongo que lo a primera vista no me fijaría en esos ojos ¿O si?,  es más, tengo entendido que a primera vista lo único que nos unió fue un beso en la mejilla. Sí.

Un beso. En la mejilla.

Lo importante no es esto, lo importante no es que haya encontrado en una carpeta una de tantas notas de amor que me escribía cuando tan sólo eramos unos niños, cuando creíamos saberlo todo sobre eso que llaman amor. NO. Ni siquiera es esto. Lo importante es que hoy, después de (Ufffffff) casi siete años sigue dedicándome esas mismas palabras, a pesar de las adversidades, los errores o los fantasmas. Él me sigue demostrando que hace tiempo que dejamos de ser unos niños y que en estas historias a veces también hay capítulos que se deben dejar atrás si se pretende avanzar.

Yo he tomado la decisión de avanzar con [por] él. 
Y si sigo aquí, sólo es por él.


Estoy segura de que existen historias preciosas, incluso más que esta que acabo de contar (Mentira). Historias "fugaces", historias al fin y al cabo del conocido "primer amor", recuerdos que se convierten en una imagen borrosa, un momento, un lugar, un 24 de Febrero del año 2006 en el que no paraba de nevar, una caricia en las manos, dos sonrisas y él. Al fin y al cabo son eso, recuerdos, imágenes que te van a perseguir el resto de tu vida y cada vez, por desgracia, se harán más borrosas.
Pero recuerda; la única manera de matar un recuerdo es no recordándolo.

Cuando amas, nada es un esfuerzo. Por eso ama a quien quieres y sobre todo, ama lo que haces.


No hay comentarios:

Publicar un comentario