Tumblr Mouse Cursors

sábado, 26 de noviembre de 2016

Un día de mierda.

"Hoy será un día de mierda, y toda la culpa será mía. Hoy será un día de mierda, estoy tan cansado que ni puedo llorar."
Sidonie.

Llevo inmersa en un día de mierda constante desde Agosto, mierda bañada a veces con tintes neutros y de falsa purpurina de mala calidad. Pero a veces, solo a veces, ocurre algo que hace que una sonrisa tímida me visite fugazmente, y quizá todo lo anterior esté justificado por ese puto momento. Y es que hay alguien ahí esforzándose para sacarte una sonrisa, ¿no es eso lo suficientemente guay de por sí? 

- No acabo de conectar con la gente. O directamente me parecen estúpidos...
- A mí me pareces un tipo guay. Así como dato de Sábado.
- ¿Te acuerdas cuando me pediste que te dijera algo bonito? Te iba a decir exactamente eso... que eres una tía muy guay. 
- Es una de las mejores cosas que se le puede decir a alguien... Y una de las mejores que escucho en mucho tiempo.
- Bueno, seguro que tú ya sabías que eres una tía guay. La gente guay de verdad supongo que lo sabe o por lo menos lo intuye.
- Tú y yo lo sabemos de verdad.

"Todo nos parece una mierda, todo nos parece una mierda, menos lo vuestro."
Astrud.

jueves, 17 de noviembre de 2016

BOATS

Por aquellos tiempos ambos seguían creyendo en lo atemporal que era todo lo que compartían y se miraban de esa forma que se miran dos adolescentes que se creen capaces de todo. Se lucían como el trofeo del que te sientes más orgulloso, se bebían la vida en la boca del otro y cada tarde desquiciaban a todos los vecinos entre risas y gemidos. 
Pasaban por aquella calle prácticamente a diario cuando aún se comían el uno al otro en cada esquina, y a mitad de camino, ambos se quedaban embelesados ante aquella casa, aquella casa que curiosamente estaba numerada con esa cifra cualquiera a la que le habían dado un significado especial. Era distinta a todas las casas de la zona. Recta, cuadriculada y transmitía una sensación fría y de abandono. De grandes contrastes, donde el blanco y un verde jaspe precioso eran los protagonistas de todo el barrio. Ellos bromeaban con la idea de que algún día tendrían una casa incluso más bonita que aquella, incluso años después, dibujaron juntos un boceto de lo que llamarían hogar algún día. Él además, dibujo una pirámide de prioridades en la que, como no, ella coronaba victoriosa la cúspide.También jugaban a imaginar qué clase de personas vivirían en esa casa; meses después descubrieron que estaba abandonada, y no entendían que tipo de gente sería capaz de construir una casa así para luego abandonarla. - ¡Algún día será nuestra!- Le decía mientras la abrazaba por detrás y le besaba el cuello, ella mientras tanto, sonreía, se daba la vuelta y le estampaba un beso. Escenas similares a ésta se repitieron durante años, en los cuales fueron abandonando la inocencia de la juventud y la casa, cada vez más, se veía más abandonada, sucia e incluso derruida. Casi tanto como lo que les unía.

Hoy no se miran a la cara y a penas se reconocen, y cuando lo hacen, miran hacia otro lado con una falsa apariencia de disimulo.
Él dice por ahí que es una loca y una desquiciada, que solo escribe gilipolleces y que la única manera de tenerla contenta es dejando que sea la protagonista de todo, porque nunca tiene suficiente.
Ella, no titubea a la hora de decir que él es un niñato inmaduro y un egoísta incapaz de mirar más allá de su ombligo; un inseguro al que hay que besarle el culo a diario para que se crea alguien.

miércoles, 12 de octubre de 2016

No creo que pueda esperar.

Abro los ojos 
y veo los tuyos clavados en los míos, con desesperación y mordiéndote los labios. Y abro más la boca mientras echas la cabeza para atrás y resoplas, "así nena, así", escucho de fondo mientras tus manos empujan mi cabeza y enredas tus dedos en mi pelo. De repente, me coges la cara y tiras de mí hacia arriba, estampando tu boca contra la mía, enredando tu lengua con todo lo que aún sabe a ti, Me haces girar sobre mí misma de un solo movimiento y tus manos se agarran a mis caderas con rabia, agachas mi cabeza hasta que siento mi respiración chocarse con el colchón y muerdo las sábanas blancas con fuerza. Cierro los ojos y cojo aire mientras tú tiras de mi pelo con fuerza, siento como muerdes mi hombro izquierdo y continúas respirando con dificultad en mi espalda. 

Abro los ojos
y el agua de esta ducha empieza a salir fría, he perdido la noción de cuánto tiempo llevo aquí debajo. Salgo de la ducha, cojo la primera toalla que tengo cerca, me la enrollo alrededor y cojo el teléfono móvil, pulso un botón cualquiera y como primera notificación ahí está.

Cierro los ojos y sigo soñando.


jueves, 8 de septiembre de 2016

En blanco 16

Le he regalado al viento un montón de ojalás que empezaban a cobrar vida;


Que
ojalá fuese más valiente,
para ser consecuente y decirte
que no puedo darte motivos para que te quedes
pero que sigo sin encontrar ninguno para querer irme,
Que
ojalá ser consecuente y aceptar
que no hay razones para tanto,
pero que sigo sin entender cómo lo has conseguido.
Que
ojalá el tiempo y el espacio siendo un punto a favor,
qué tú no hubieses sido tan tuyo
pero que sobre todo, 
yo nunca te hubiese querido tan mío.
Que
ojalá todo esto siendo real
y no solo una historia en mi cabeza.
Ojalá haberle conseguido dar voz
y cobrar protagonismo más allá de tus abrazos.
Ojalá ella no siendo ella,
tú siendo yo para saber lo que tengo dentro,
yo siendo tú para saber qué es lo correcto.

Ojalá un billete sin retorno,
mis agallas para decirte que te quiero,
tus cojones para mirar algo de frente
y estas putas ganas de querer hacerte feliz
siendo real cada vez que te veo venir.

Y yo,
Ilusa de mi trazando un mapa de ida en tu espalda
mientras abrazas mis noches por detrás con descaro.
Yo estampándome con tus miedos bajo tus brazos
y tú alardeando de tenerlo todo bajo control entre mis piernas.

Y va la vida y se cree con los motivos suficientes
para decirme que no eres bueno para mí
para seguir haciéndome ver que no es posible,
que en esta vida,
tú y yo nunca hemos ocurrido.