Tumblr Mouse Cursors

lunes, 1 de julio de 2013

Flota, huye, respira.


Se me desborda el alma cuando siento que te me escapas entre las manos,
no encuentro la salida cuando intento encontrarte.
Ya no queda ¿Nada? Es insuficiente.
A veces siento que te perdí
en el momento exacto en el que dejamos de hacer el amor;
en ese instante, sólo follábamos.
Se nos olvidó amar.
Utilizamos tanto el amor como un medio que nos estalló
en mil cuatrocientos sesenta y nueve pedazos en mi cama.
Pero no importa, nos rompimos juntos,
él a su manera y
yo esperando que recomponerse fuese una solución probable.
Imprecisa. Pero no... Se nos rompió el amor ¿De tanto usarlo? Y entonces...
Llega el momento, tarde o temprano, en el que debes valorar a una persona
en base a los recuerdos que te deja dentro.
Balancear. Contrarrestar. 
Esos recuerdos que pesan, que no quieres seguir arrastrando con cada lágrima,
pero te definen. Esos recuerdos son tú. Eres yo.
Las personas sólo somos historias y pinceladas en las vidas de otros,
somos energía que impulsa y a veces frena.
Tú eras impulso y mi dulzura era el freno. Insuficiente.
El mundo está lleno de historias de (des)amor inspiradoras, cautivadoras.
La nuestra no estaba predestinada a ser una de ellas.
Estábamos predestinados a perdernos
para encontrarnos en la boca del lobo cada vez que volvíamos a nuestro hogar
para lamernos las heridas, una a una. Esas heridas que creamos juntos.
No hay historia que inspire más que una historia de amor fallida.
Algo que dejó de ser y sólo es dentro de cada uno.
Algo que es sólo cuando te recuerdo.
Algo que sólo guardo en cada uno de los borradores que jamás dejaré que juzgues.
Eres parte de mí, porque formas parte de mis recuerdos.
Algo que sólo tú y yo entenderíamos.
Algo que sólo es del viento, de la noche y de una historia
que ya no nos pertenece, que dejo de ser nuestra.
No eres mio, no soy tuya... Pero realmente ¿Alguna vez lo fuimos?


Y ahora, desbordaros conmigo o desapareced, 
queridos recuerdos.



domingo, 30 de junio de 2013

Caviar y cocaína

Te pedí que te quedaras de las mil y una maneras que se me ocurrieron en un rango de 2 minutos y 42 segundos. Que no te movieras de mi lado, que me dieras esa seguridad que sólo tú sabías cuando más lo necesitaba(s).

Te lo pedí rota, cantando, con la mirada, con mi cuerpo, tu cuerpo, mis manos, mis labios. Te lo pedí gritando, en silencio, con la luz apagada, gimiendo, sudando y borracha.
Te pedí que no te alejaras sonriendo, llorando, quebrándome en mil pedazos, estallando, bailando, seduciendo cada uno de tus sueños y tapándote la boca. Siendo sólo un reflejo distorsionado de aquello que siempre has querido ser... 

¿Y ahora qué?
Ahora me miras despechada con los ojos en blanco... ¿Qué esperas?

Sabes que quieres, puedes y debes.

Señorita debería usted recordar que no hemos llegado aquí para nada, que juntas hemos aprendido a matar egos por mantener uno intacto. Que superar exige asumir. Que 14 centímetros pueden ser mucho sólo si se tratan de unos zapatos de tacón. Que las reglas existen para romperlas centímetro a centímetro. Que si sonríes el mundo sonríe contigo. Que el sexo es arte y el arte es más puro conforme más sucio es y lleno de amor está.

¿De verdad te crees que te he abandonado? Vuelvo cuando menos te lo esperas, te atrapo, te hago dudar y manipulo tu realidad a mi antojo, a mi manera. Te hago perder los estribos, te grito, hago que sientas vértigo, que dudes de todo lo que te rodea y te beso cada una de tus cicatrices, te retuerzo las entrañas y te araño todo aquello que tenías claro.

Nuestra relación siempre será así, contradictoria, llena de amor y odio, algunos días me mirarás en el espejo, me odiarás, querrás romperme en mil pedazos, hacer que desaparezca y me dirás lo muy zorra que puedo llegar a ser. Otros en cambio me amarás, te amarás como nunca lo has hecho. Sé que ese día va a llegar. Sé que algún día podrás decir que te defino, que soy tú, que me asemejo a lo que debo ser, me agradecerás cada una de las lágrimas que han llevado mi nombre. Algún día, pequeña, recorreremos cada uno de los acantilados que no te has atrevido a saltar tú sola porque estoy más cerca de ti de lo que crees, sólo estoy escondida, en silencio, acechando esperando el momento oportuno para atacar. Eso lo aprendí de ti. Precisión, coraje y valentía.

Si yo me siento orgullosa de ti, quiero que algún día tú te sientas orgullosa de mí.
Deja de odiarme y reacciona.

MIAUW


domingo, 16 de junio de 2013

Nos hicieron creer...

"Nos hicieron creer que el “gran amor”, sólo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. 
No nos contaron que el amor no es accionado, 
ni llega en un momento determinado. 
Las personas crecen a través de la gente.
 Si estamos en buena compañía, es más agradable.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, 
y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. 
No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en la vida merece cargar en las espaldas, 
la responsabilidad de completar lo que nos falta.

Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno":
 dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. 
No nos contaron que eso tiene nombre: anulación. 
Que sólo siendo individuos con personalidad propia, 
podremos tener una relación saludable.

Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos. 
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, 
y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.
 No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, 
frustran a las personas, son alienantes,
 y que podemos intentar otras alternativas.

¡Ah!, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto... 
cada uno lo va a tener que descubrir solo.
Y ahí, cuando estés muy enamorado de tí, vas a poder ser muy feliz y te vas a enamorar de alguien.

Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor…
 aunque la violencia, se practica a plena luz del día..."

John Lennon (1940-1980)


viernes, 14 de junio de 2013

Enamorarse y otras (dulces) gilipolleces.

Ser la chica (que aparenta ser) buena os puedo asegurar que resulta tremendamente agotador.
Siempre aficionada a los chicos malos, a las barbas largas, ojos oscuros y manos grandes.
Hasta que un día nos enamoramos y ¡PUM! 
Se empiezan a escribir moñadas del calibre de una buena AN-94. 
Tal y como hago yo últimamente con demasiada frecuencia...
Pasar de escribir sobre camas anónimas a babear por el mismo hombre.
Una y otra vez.
Hasta el punto de que mi cabeza me grita:
¡PARA, DISIMULA! ¡¡CONTRÓLATE!!
Pero nada, imposible...



Estas son las clases de tonterías que escribimos las mujeres cuando perdemos la cabeza por alguien del sexo masculino.
Tan acostumbradas a:
TODOS SOIS IGUALES,
que de repente llega uno (dos, tres, cuatro) y te hacen creer por un tiempo determinado
 que QUIZÁ, y solo quizá, esto no sea así.
Que quizá y sólo quizá si hay alguno que pueda ser...
 ¿Diferente, RARO, especial?
Pues bien, la cosa es que las mujeres cuando se enamoran
(nos enamoramos)
entran en un círculo vicioso de gilipollez extrema
que roza lo absurdo.
De repente  empiezas a fijarte en detalles estúpidos que antes no soportabas ni imaginar, 
empieza a volverte loca su pelo despeinado,
su barba más larga de la cuenta,
su media sonrisa, su manera de escribir, sus ojos en blanco...
Empiezas a odiar a sus manos cuando no te tocan,
a sus labios cuando no te besan
y odias absolutamente todo de él cuando está lejos
por el simple hecho de que le quieres.
Te encanta. No hay más.
Sus defectos pasan a ser una prueba definitiva más
sobre lo absurdo que puede ser el amor,
pasan a ser una de sus cosas peculiares que acaban volviéndote  TAN loca
y hacen que te bajes las bragas con demasiada frecuencia. CON ÉL. Claro está.
Sí, sí. Una locura todo.
ES QUE TE ENCANTA.
Sí, no hay más.
Le miras y le sonríes esperando que la única respuesta que sale de él sea otra sonrisa. Aunque sea a 300 km de distancia.
Estas son las clase de estupideces que pensamos las mujeres cuando estamos enamoradas. 

Pero...
¿Qué piensa un hombre enamorado?
¿QUÉ ESCRIBE UN HOMBRE CUANDO ESTÁ ENAMORADO?
¿Qué clase de estupideces os rondarán la cabecita que tenéis sobre los hombros? 
A saber...