y tus pies se entrelazan con los míos en este diminuto colchón,
en la mesa dos cervezas casi tan calientes como mi piel,
tus manos en mi cintura y tu boca en mi cuello,
de luz dos velas que se consumen como el tiempo.
Y aprietas, cojo aire fuerte y me giro,
tus labios como primera parada,
mis ojos delatando intenciones,
y tu impaciencia agarrando fuerte.
Subo,
es más divertido verte desde aquí arriba,
tus manos se pierden en mi pelo
y mi única salida es enredar mi lengua con tus ganas.
Y muerdo.
Y como respuesta solo puedes decir:
"Despacio cariño, que esto no ha hecho más que empezar."
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